Todos los días a las 7 am, Andrés Manuel López Obrador marca la agenda política de México
BBC Mundo
México.- 7:00 de la mañana y al salón donde se encuentran unos 50 periodistas llega el saludo marcial de una mujer soldado: “¡Buenos días, señor presidente!”.
Es la señal de que Andrés Manuel López Obrador ha llegado. Segundos después el presidente de México sube a una tarima donde hay un atril con micrófono y una pantalla.
“Buenos días. Vamos a dar a conocer una información que tiene que ver con el plan de austeridad republicana del gobierno” dice.
De esta manera empiezan las conferencias de prensa que cada mañana ofrece López Obrador, desde el inicio de su gobierno el 1 de diciembre.
Para López Obrador esta costumbre se ha convertido en una novedosa estrategia para gobernar, coinciden especialistas.
En sus encuentros con periodistas AMLO, como se conoce al presidente, anuncia los programas sociales de su gobierno, gira instrucciones a sus colaboradores y a menudo envía mensajes políticos.
Con frecuencia en las conferencias participan funcionarios de su gobierno, según el tema que quiera abordar o para atender algún problema específico.
Es una estrategia que ofrece resultados, dice Roy Campos director de la empresa de opinión pública Consulta Mitofsky.
“Ya no es la conferencia de una persona sino prácticamente de un gobierno, donde el presidente pone frente a los periodistas a los actores de la coyuntura”, explica a BBC Mundo.
“Expone los temas de coyuntura de su gobierno, y eso se vuelve muy atractivo”.
El pasado
López Obrador es el primer presidente en la historia de México que conversa y ofrece información cotidiana a los periodistas.
Hasta los años 70, por ejemplo, los mandatarios no daban entrevistas a los medios.
AMLO asegura que las declaraciones de Trump sobre el muro son una cuestión de política interna de EE.UU.
En la década siguiente aceptaban conversar una vez al año con dos comunicadores elegidos por sus colaboradores.
Las pláticas coincidían con los informes de gobierno que presentaban al Congreso.
Las preguntas eran controladas por la oficina de Comunicación Social. Los entrevistadores nunca cuestionaron a los presidentes.
Durante su gobierno (1988-1994), el presidente Carlos Salinas de Gortari modificó la regla, y en sus recorridos por el país algunas veces respondía un par de preguntas.
La costumbre se mantuvo en los siguientes cuatro gobiernos. Pero en ningún caso se organizaron conferencias de prensa, y muy pocas veces hubo preguntas incómodas.
Hoy el escenario es otro. “Las mañaneras de AMLO”, como se llama a los encuentros con los periodistas, suelen durar más de una hora.
El presidente responde a todas las preguntas, y también algunas críticas o señalamientos incómodos.
Un ejemplo ocurrió el 25 de enero. La periodista Marcela Turati lo cuestionó porque no ha presentado su estrategia para atender la desaparición de personas.
“Hizo la promesa de pedir perdón a las víctimas. ¿Qué pasó? ¿Se va a pedir perdón a las víctimas de la violencia o no?, dijo.
“Ya lo hice y lo voy a seguir haciendo” respondió el presidente. “Es una deuda que tenemos con miles de víctimas, familiares de víctimas. Más de un millón de víctimas de la violencia, sólo del 2006 a la fecha”.
La estrategia
En la conferencia del 29 de enero, López Obrador anunció la venta de 263 autos y camionetas de lujo, algunos blindados, que se compraron en gobiernos anteriores.
Cuando en la pantalla apareció la foto de un Audi valuado en 6,3 millones de pesos (US$333.000), el presidente comentó: “Este es línea fifí”. Algunos rieron.
Es frecuente que López Obrador bromee en sus encuentros con los periodistas.
Una costumbre que viene de 2001, cuando era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México) y empezó con las conferencias mañaneras.
En ese tiempo la estrategia le permitió marcar la agenda de la discusión política del país, recuerda Roy Campos.
López Obrador se convirtió en el principal opositor del entonces presidente Vicente Fox.
Con las conferencias mañaneras ganó popularidad, lo que permitió su primera postulación como candidato presidencial en las elecciones de 2006.
Ahora repite la estrategia. Y de nuevo, con frecuencia, los temas que aborda el presidente se convierten en debates en redes de internet o en el Congreso.
Un eficiente método de comunicación que le ha permitido superar algunas crisis, como la explosión de una toma clandestina de gasolina en Hidalgo, que causó la muerte de más de 100 personas.
También es una estrategia para gobernar. En “las mañaneras”, el presidente suele dar instrucciones a su gabinete para resolver problemas específicos.
Además, dice Roy Campos, en todos los encuentros con periodistas, AMLO recuerda o anuncia los programas sociales de su gobierno.
En sus conferencias matutinas, López Obrador suele dar instrucciones a su gabinete para resolver problemas específicos.
“Y otro elemento que está siempre en ‘las mañaneras’: siempre dice lo mal que gobernaban los anteriores y cuánta corrupción había”.
“A diario recalca su visión de persona, ayudar a los de abajo pero también recordar a los votantes por qué llegó allí, por la corrupción de los anteriores”.
“Propaganda”
Sin embargo, algunos cuestionan la utilidad de “las mañaneras”.
El periodista Daniel Moreno, director del portal Animal Político, dice que en realidad las conferencias matutinas “no responden a una estrategia en favor de la transparencia”.
Son, escribió en el diario Reforma, “una estrategia –muy efectiva, según las encuestas- de comunicación y propaganda. Útil para eludir intermediarios. Poco útil para rendir cuentas”.
Según Moreno, en temas importantes el presidente con frecuencia no presenta datos suficientes, y en ocasiones sus respuestas acumulan más preguntas y confusión.
“El gobierno, cuando se trata de acceso a la información, va a la defensiva, confunde, ignora” dice el periodista.
“Ya es tiempo de subrayar que dar conferencias diarias no es rendir cuentas. Se requiere que este gobierno responda con datos verificables, rigurosos, con transparencia metodológica”, añade.