El Rey del Pop tardó 3 años en reinventar el estilo de baile backslide de los 50’s (checa el video al final de la nota); lo hizo tan bien que fue renombrado como moonwalk por los críticos
Verne/El País
Es el movimiento que casi todos los niños de los 80 intentaban imitar en el patio del colegio porque se lo habían visto hacer a Michael Jackson. Era el moonwalk. El cantante parecía estar deslizándose hacia delante, pero en realidad se movía hacia atrás. Adaptaba así un complejo paso de baile que ya existía en las coreografías callejeras de los jóvenes afroamericanos. El músico, que el 29 de agosto de 2018 hubiera cumplido 60 años, reivindicó una vez más a su comunidad desde su privilegiado puesto de rey del pop… y de la pista de baile. Jackson no podía faltar al concierto de 1983 en homenaje a la Motown, el sello discográfico que lanzó a la fama a artistas como The Jackson Five, Diana Ross y Marvin Gaye. Mientras interpretaba sobre el Pasadena Civic Auditorium su éxito del momento, Billie Jean, el cantante hizo un gesto que nadie había visto en los ensayos y que despertó el grito espontáneo de la audiencia. Acababa de ejecutar la que fue una de sus más reconocibles señas de identidad. «Es junto a sus prendas de ropa la parte que definía su personalidad artística. Sin el moonwalk, Michael Jackson no sería Michael Jackson», dice a Verne Eva Vidal, presidenta de uno de sus clubes de fans en España. Cuenta con más de 20.000 seguidores en Facebook 17 años después de que saliera al mercado el último disco en vida del artista: Invincible. «Michael ya había lanzado varios discos en solitario y no quería que se le siguiera recordando por The Jackson 5, así que decidió que era el momento de mostrar de una vez por todas que era un nuevo artista», explica a Verne Jeffrey Daniel, uno de los bailarines con los que entrenó. Y lo logró con creces. El moonwalk contribuyó a la enorme popularidad de Thriller, que sigue siendo del disco más vendido de la historia. The Eagles le han quitado el primer puesto en agosto de 2018 solo en la lista de éxitos estadounidense. Las cifras globales son muy diferentes: el disco de Jackson ha vendido 66 millones de copias en todo el mundo frente a los 36 millones del Greatest Hits de la banda de rock. Aunque lo mostrara por primera vez integrado dentro de una rutina de baile inspirada en estrellas como Charles Chaplin y Fred Astaire, Jackson calificó este movimiento como un homenaje a la cultura del breakdance. Del backslide al moonwalk Porque el moonwalk es en realidad una evolución del backslide, cuyo origen se fecha en la década de los 50 y que grupos de baile como The Electric Boogaloos habían mantenido vivo. Tres miembros de esa formación, Casper Candidate, Cooley Jaxson y el propio Jeffrey Daniel, recibieron una llamada del rey del pop tras aparecer en el programa de televisión Soul Train a finales de los 70. Quería que le enseñaran a hacerlo. «Un día de 1980 se acercó a Disneyland, donde yo actuaba, junto a su hermana Janet, que tenía 14 años. Me esperaron a un lado del escenario y, al finalizar, él me pidió que le ayudará a bailar así», recuerda Daniel. Practicaron juntos durante años y Michael Jackson terminó llevándoselo a su terreno creativo. Se convirtió en uno de los momentos más esperados de sus conciertos. Daniel recuerda a Verne la responsabilidad que la estrella de la música sentía al adaptar el backslade ante millones de personas. «Empezamos a trabajar en 1980, pero él no mostró el moonwalk hasta 1983. Cuando lo hizo, me preguntó cómo había ido. Le dije: ¿Por qué has esperado tanto tiempo? Me respondió: No me ha salido bien del todo. Me quedé pensando: ¿En serio?». El libro MJ: The Genius of Michael Jackson, del editor de la revista Rolling Stone Steve Knopper, asegura que la coreografía de Jackson en el concierto homenaje a la Motown no solo dejó al público con la boca abierta. El equipo técnico y los propios hermanos del cantante, que esperaban en la parte de atrás del escenario, se quedaron sin palabras. Al día, siguiente, un octogenario Fred Astaire llamó por teléfono a Jackson. Le dijo que era un bailarín increíble, lleno de rabia. «Fue el mayor cumplido de mi vida y el único que deseé que fuera cierto», recoge el libro en palabras del cantante. La autocrítica de Jackson en torno a ese primer intento público de moonwalk parece fundada, a juzgar por los múltiples ejemplos posteriores que recopila YouTube de su forma de interpretarlo. Con el paso del tiempo, le dio al paso una espectacularidad que desafiaba las leyes de la física. Así es como se ganó apodo del moonwalker, que además dio título a la película de 1988 que regresa este miércoles a algunas salas españolas para celebrar el 60 cumpleaños del artista, fallecido en el verano de 2009. Una de las coreografías que aparecen en la cinta, la que acompaña al tema Smooth Criminal, es un claro ejemplo de la voraz ambición profesional de Michael Jackson. El objetivo siempre era conseguir el más difícil todavía y el moonwalk parecía haberse quedado pequeño. «Michael no inventó nada pero sí perfeccionó lo que muchos otros hacían antes y le dio una personalidad propia. Cuando él bailaba, parecía estar andando sobre la Luna, sin gravedad bajo sus pies», apunta Jeffrey Daniel.