Canelo agarró como punching bag a Julito durante los 12 asaltos / Foto Internet
Opinión: El regreso del Undertaker
Por: Alejandro Fernández
En cualquier evento deportivo las rechiflas u ovaciones son el mejor veredicto del público. Con la irrupción de las redes sociales, los memes, opiniones o cualquier tipo de manifestación son inmediatos.
En el caso de la multiplicitada pelea de Canelo y Julito, apenas concluido el 12avo asalto las rechiflas del público no se hicieron esperar en el MTM Arena de Las Vegas, ante el denigrante papelón de ambos peleadores, en especial de Julito. Ocurrió lo mismo en el Feis, donde aparecieron comentarios lapidarios para ambos.
Cualquier bobo se hubiera dado cuenta de que Julito no metió las manos ni para defenderse.
Suena temerario sugerir que la pelea estaba arreglada, pero fue tal la superioridad del Canelo y, sobre todo la nula respuesta del hijo de la leyenda del boxeo mexicano a lo largo del combate, que más de uno tenemos nuestras dudas, máxime a sabiendas de que Julito se embolsó 6 millones de dólares por recibir más de 500 moquetes y el Canelo algo así como 26 mdd.
Golovkin y Canelo pactan pelear el 16 de septiembre terminada la farza Julito-Canelo. A la extrema derecha Oscar de la Hoya, promotor del Canelo, observa la trama / Foto Internet
Agréguele al pobre espectáculo, lo ocurrido después de que terminó el combateؘ y las dudas se agigantan.
Resulta que había todo un montaje preparado. Primero una entrevista arriba del ring con Julito, quien se deshizo en elogios con Canelo y hasta sugirió que Nacho Beristáin, el viejo lobo de mar que ha dirigido a múltiples campeones, era responsable de su derrota por no haberlo preparado con un mejor plan de combate.
Luego siguió la entrevista con el Canelo, quien cuando más autoporras se echaba, se vio interrumpido por el arribo del campeón mundial de peso mediano de la WBA, del WBC, de la FIB y de la IBO, el kasako Gennady Golovkin, quien irrumpió en el MTM de Las Vegas vestido con smoking como si fuera una estrella de cine, se trepó al ring y ahí mismo pactó con Canelo darse de moquetes el 16 de Septiembre, en el mero día de la Independencia de México.
Millones de personas atestiguaron el pacto para el 16 de Septiembre. Golovkin, de smoking, hizo una entrada de esas que se ven sólo en asl películas de Rocky / Foto Internet
Fue en este punto donde me saltó todo. La pelea Julito-Canelo, mediatizada hasta el hastío aprovechando el boom del 5 de Mayo, fue el montaje perfecto para pactar el duelo Canelo-Golovkin el 16 de septiembre, cuando los mexicanos más exaltamos el orgullo nacional y resultamos los más chingones no del mundo sino del Universo completito.
Este Golovkin posee el mayor porcentaje de KOs en la historia de la división de peso medio y es considerado uno de los boxeadores más dominantes desde la época de Marvin Hagler (¿). Quizá a muchos no les suena este Hagler pero en la década de los noventas protagonizó épicas peleas con Tommy Hearns y Sugar Leonard. Mismos Leonard y Hearns sostuvieron dos combates de alarido, sin tanto rollo como el Canelo-Julito, que fue promocionada como la pelea entre mexicanos más esperada de los últimos tiempos. Luego de ver el pobre espectáculo de ambos, lo que duele no son los 60 dólares del PPV, sino la burla de pelea que ofrecieron ante tantos antecedentes de combates entre peleadores aztecas como el triplete Terrible Morales-Marco Antonio Barrera, por ejemplo. Si nos vamos más atrás, Alacrán Torres-Chucho Castillo, Lupe Pintor-Carlos Zarate; Puas Olivares vs Chucho Castillo, la épica Zárate-Zamora y tantas peleas memorables de cuando el boxeo era otra cosa. Por eso la rechifla en el MTM. Imagínese lo frustrante de ser parte de los 20 mil que pagaron el viaje, el boleto para la pelea, hospedaje, comidas etc. para ver este fiasco.
Hay que reiterar lo anterior porque el montaje después de la pelea, el show Canelo-Golovkin, parecía un espectáculo tipo Wrestlemania.
Falta que el 16 de Septiembre, cuando peleen, se apaguen las luces, suenen las campanas y aparezca en el centro del ring el Undertaker…