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Manuel Enrique Alvarez en el papel de Jesús en el Viacrucis de la Iglesia de San Lorenzo al que acudieron cientos de personas este Viernes Santo / Foto Alejandro Fernández

Amarillo vibra con el Viacrusis

Alejandro Fernández/AM de Amarillo
Amarillo, TX.- Lágrimas, incredulidad… El Viacrucis que vivió Amarillo este Viernes Santo fue estrujante, de emociones encontradas.
Imposible contar el llanto de los muchos y muchas que se emocionaron con la representación del calvario de Cristo, desde su injusto juicio con Poncio Pilatos, hasta su crucifixión.
Desde temprano muchas almas se aparecieron en la explanada del Convento de las Hermanas Capuchinas, atraídas por la representación del Viacrucis.
Llegan por decenas y en minutos son cientos, unas 600 quizá, o más, que van a colmar el escenario y las calles.
 
Un vientecillo juguetón se combina con el agradable clima veraniego para cumplir con el ritual que empezó con una sencilla representación de un puñado de fieles, y que hoy lleva ya unos 15 años, según cuenta Martín Porras, uno de los organizadores del Viacrusis.
Para este Viernes Santo, sólo en los papeles principales hay alrededor de 30 actores, un número similar en roles secundarios, pero que igualmente se han confeccionado trajes muy similares a los albores de la cristiandad.
Hay también decenas de héroes ocultos que han colaborado con donativos, vehículos, caballos, bocinas, en el cuidado de las vallas para que la gente no se desborde.
Este es el escenario en el convento de las Capuchinas y en los alrededores de la Iglesia de San Lorenzo.
El padre Alvarez y público durante la representación
“Este día -Viernes Santo- es un momento clave para los católicos de todo el mundo porque es uno de los más significativos por lo que representa el Viacrusis de nuestro señor Jesucristo”, dice el padre Felipe Alvarez, quien oficia en San Lorenzo y es parte del festejo, la tramoya y todos los detalles de la organización.
¿Por qué entonces hay lágrimas y caras de incredulidad y abundan las caras largas si todo está engranado y listo?…
La respuesta es que después de tantos años, dos meses de ensayo, y todo el fervor religioso puesto a prueba, los civiles que hacen las veces de actores se subliman y hacen de este un Viacrucis estrujante, emotivo, que en muchas ocasiones enchina la piel ante la impotencia de lo que está por ocurrir.
Pilatos se lava las manos, manda azotar a Jesús; los soldados romanos lo vejan al grado de colocarle una corona de espinas. Luego Pilatos envía a Jesús a la crucifixión.
El juicio, el calvario
Todo inicia con la súplica de Claudia a su esposo Poncio Pilatos para que tenga piedad de Jesús El Nazareno y que no cometa ninguna injusticia. Pilatos apenas digiere las palabras de su esposa cuando es avisado por el militar romano Cornelius que han arrestado a Jesús y se lo van a presentar. Coaccionado por los religiosos judíos de alto rango y una multitud exaltada, Pilatos ordena, primero, azotar a Jesús y luego, en uno de los juicios más injustos de todos los tiempos, pregunta a la multitud que decidan entre la vida de Jesús y Barrabas, un delincuente de la época.
Familias enteras se reunieron para presenciar el Viacrucis
El resto es de sobra conocido, pero no tan bien representado como lo que ocurrió aquí.
Pilatos se lava las manos y ordena la ejecución de Jesús, quien inicia su viaje al Calvario o Gólgota cargando una pesada cruz de madera y siendo azotado constantemente por los soldados romanos que lo custodian y vejado por la multitud ante el azoro de su madre María y acompañantes.
Esto ocurre entre las calles 18 y Spring y la llegada al Calvario en los jardines aledaños a la casa del obispo Patrick Zurek, presente en toda la representación.
Cristo cae y se levanta. No puede más. Simón El Sirineo, a quien acompaña su hija, es obligado por los soldados a ayudar a Jesús a cargar la cruz. Agotados, ambos llegan al Gólgota, donde Jesús es despojado de sus ropas y crucificado.
En un último aliento redime a Gestas, uno de los dos ladrones que han sido llevados junto a él al Calvario y musita sus icónicas Siete Palabras:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» …
«Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.» …
«Mujer, ahí tienes a tu hijo. […] …
«¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?» …
«Tengo sed.» …
«Todo está cumplido.» …
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
Jesús muere entonces. La soldadesca romana que lo ha crucificado se arrepiente demasiado tarde. El crimen está consumado.
Niños, mujeres y hombres por igual atestiguan incrédulos la escena. Brota el llanto.
José de Arimatea llega, reclama el cuerpo y lo baja de la cruz. Antes de llevárselo, una última escena es patética, conmovedora, con María llorando con el cuerpo de su hijo en brazos…
Puro corazón
Martín Porras y toda la gente que hizo posible esto anda bien contenta.
¨Me gusta hacer esto por servir a Dios, ya vez que mucha gente se va de vacaciones y a pistear, y eso no significa lo que es la Semana Santa. Esta es la semana del señor y esta es una forma de guardarle¨, dice este empleado de una planta local de fibra de vidrio.
Como él hay muchos voluntarios, trabajadores, empresarios, amas de casa, de todo. Porras la ha hecho del soldado Cornelius, por ejemplo. Otros nombres de actores que suelta son Poncio Pilatos, interpretado por Oscar Medina; Claudia, por Elizabeth Domínguez; Dimas y Gestas por los hermanos Alex y Juan Castañón, respectivamente.
María, por Verónica Patiño; José de Arimatea, por Octavio Ibarra; Simón El Sirineo y su hija, por Germán Saldierna y Vianey Saldierna.
¨Es algo muy bonito. Se siente uno bien una vez que participa en esto y al ver la respuesta de la gente¨, dice Severo Atayde, el malévolo soldado 1, quien en la representación coronó a Jesús con una rueda de espinas que clavó en su cabeza.
Falta el mero mero, Jesús, que ha sido interpretado por cuarto año por Manuel Enrique Alvarez, conocido como Manrique.
¨Esto es algo muy importante para mí. No tengo palabras para describirlo¨, dice este empresario de gabinetes y muebles de cocina de 42 años, casado y tres hijas: Jéssica, Nahomi y Andrea.
¨Imagínate, interpretar a Jesús. Se siente uno muy nervioso pero también muy contento y satisfecho¨.
Misión cumplida. El pleno de actores se toma la foto del recuerdo antes de ir por los sagrados alimentos.
Amén…

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