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Cuidado con las estafas piramidales

Es uno de los engaños más conocidos pero la gente sigue cayendo; detecta estos signos y evita perder tus ahorros
BBC Mundo
La estafa piramidal es uno de los engaños más conocidos y, sin embargo, muchos siguen cayendo.
No tiene misterio: consiste en ofrecer a inversionistas altos rendimientos en poco tiempo, utilizar parte del dinero de los nuevos inversores para pagar a los antiguos y aparentar que el negocio funciona.
Y, por supuesto, quedarse con el dinero de los incautos.
El sistema marcha hasta el momento en que dejan de entrar nuevas víctimas. Entonces, todo se desploma porque nunca hubo de fondo un verdadero mecanismo de generación de beneficios.
Este fraude también recibe el nombre de esquema Ponzi por el inmigrante italiano que a principios del siglo XX se hizo millonario en Estados Unidos aplicándolo.
En América Latina, cada cierto tiempo aparecen en las noticias víctimas que perdieron su dinero en estafas de este tipo.
En algunos casos, cuando el engaño queda al descubierto, el responsable se fuga a otro país donde continúa con el negocio.
Si ya sabemos cómo funcionan estas trampas, ¿por qué seguimos cayendo?
Jesús Palau, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de la escuela de negocios ESADE, identificó algunos signos que deben, por lo menos, despertar nuestras sospechas de poder estar ante una estafa piramidal.
  
Rentabilidad segura
Palau explica que dentro de este sistema es muy fácil cumplir con el pago de intereses al principio porque ese 8% o 10% que desembolsan no procede de ninguna ganancia sino del 100% de lo que el inversor ha inyectado.
«Y hasta que alguien te pida que le devuelvas todo, pasa mucho tiempo», añade.
Por eso, ver que la empresa está cumpliendo con su promesa de pagar intereses altos a otros usuarios o a nosotros mismos no debe ser una garantía de que uno no va a ser estafado.
Reclutar
Si en algún momento surge la palabra «reclutar» o algún sinónimo, uno debe ponerse alerta.
«Necesitan que haya gente que entre constantemente en el juego para que este dure», afirma el profesor.
«Todos estos anuncios de ‘Explota tu red de amistades para ganar dinero’, lo que quieren es aprovecharse de tu red de conexiones».
Pagar por trabajar
En lugares donde el empleo es escaso, es común utilizar ofertas de empleo como carnada. Si te invitan a una charla en la que te ofrecen un puesto de vendedor, pero te piden que compres primero la mercancía… mal negocio.
«De entrada, hay que tener una cosa clara: uno no debe pagar por trabajar», defiende.
Que en la reunión aparezcan personas con testimonios de que hicieron dinero con esa empresa no debe inspirarnos confianza.
Como explica Palau, muchos inversores antiguos se prestan para estas cosas. A veces, para intentar recuperar parte de lo perdido.
No dejarse deslumbrar
La charla puede hacerse en un hotel caro, el director de la empresa puede ser millonario y la compañía puede aparecer en los medios de comunicación apoyada por gente famosa.
Ninguna de estas cosas debe hacernos bajar la guardia.
«Ese es un truco muy viejo que se llama el truco del millón de dólares. Tú te gastas un millón de dólares para deslumbrar a un conjunto de gente que, si pica, te lo compensará», asegura.
«Tú te montas una fiesta en un palacio y eso inspira seriedad… La gente tiene una tendencia, un poco nefasta, a identificar a los que tienen dinero como gente exitosa. Y muchas veces sólo son personas que han tenido mucha suerte».
Si bien el esquema Ponzi es ilegal en muchos países, no es hasta su desplome que aparecen las denuncias e investigaciones y normalmente es el demandante el que tiene que probar que se trata de una estafa piramidal.
Por eso hay empresas que operan así durante años. Bernie Madoff, uno de los casos más famosos, consiguió mantener su fraude durante décadas e incluso logró que entidades financieras cayeran en la trampa.

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