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Casi todo el plástico que se ha creado en la actualidad todavía existe de alguna forma / Foto Internet
Un planeta asfixiado por el plástico
Coca Cola produjo casi una cuarta parte de las 480 mil millones de botellas de plástico vendidas en 2016
BBC Mundo
La vida marina se enfrenta a un «daño irreparable» por las millones de toneladas de desechos plásticos que terminan en los océanos cada año, advirtió Naciones Unidas.
«Esta es una crisis planetaria (…) estamos arruinando el ecosistema del océano», dijo la directora de océanos de la ONU, Lisa Svensson, a la BBC esta semana.
¿Pero cómo es que sucede esto, cuál es sitio que más está en riesgo y qué daño hace el plástico realmente?
El plástico, tal como lo conocemos, existe desde hace solo unos 60-70 años, pero en ese tiempo transformó todo, desde la ropa, la cocina y la restauración hasta el diseño de productos, la ingeniería y el comercio minorista.
Una de las grandes ventajas de los muchos tipos de plástico es que están diseñados para durar mucho tiempo.
Y casi todo el plástico que se ha creado en la actualidad todavía existe de alguna forma.
En julio, un artículo publicado en la revista Science Advances por el ecologista industrial Roland Geyer, de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, y sus colegas, calculó el volumen total de todo el plástico producido. Y el resultado fue 8.300 millones de toneladas.
De ese número, unas 6,300 millones de toneladas ahora son residuos, y el 79% de ellos se encuentra en vertederos o en el entorno natural.
Esta gran cantidad de desechos fue impulsada por la vida moderna, donde el plástico se usa para muchos artículos desechables o de «uso único»: desde botellas de bebidas y pañales hasta cubertería y bastoncillos de algodón.
Las botellas de bebidas son uno de los tipos más comunes de desechos plásticos.
En 2016 se vendieron alrededor de 480.000 millones de botellas de plástico en todo el mundo, es decir, un millón de botellas por minuto.
De estas, 110.000 millones fueron fabricados por el gigante de las bebidas Coca Cola.
Algunos países están considerando medidas para reducir el consumo.
Las propuestas en Reino Unido, por ejemplo, incluyen proyectos de depósito y devolución, y la mejora de los suministros de agua potable en las principales ciudades.
Se estima que alrededor de 10 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año.
En 2010, los científicos del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos de Estados Unidos y la Universidad de Georgia en Grecia estimaron la cifra en 8 millones de toneladas, y que para 2015 aumentaría a 9,1 millones de toneladas.
El mismo estudio, publicado en la revista Science en 2015, encuestó a 192 países costeros que contribuyen con el aumento de residuos plásticos oceánicos y descubrió que las naciones asiáticas eran 13 de los 20 contribuyentes más importantes.
China encabezó la lista de países que peor administraban los desechos de plástico, pero Estados Unidos también se ubicó entre los primeros 20 y es una de las naciones con mayor tasa de desperdicio por persona.
La basura plástica se acumula en áreas del océano donde los vientos crean corrientes circulares, conocidas como giros, que absorben cualquier residuo flotante.
Hay cinco giros en todo el mundo, pero el más conocido probablemente es el giro del Pacífico Norte.
«Hay tantos residuos de plástico en el mundo que podrían cubrir un país como Argentina»: la advertencia de un grupo científicos sobre la contaminación que acecha al nuestro planeta
Se estima que los desechos tardan unos seis años en llegar al centro del giro del Pacífico Norte desde la costa de EU y alrededor de un año desde Japón.
Los cinco giros tienen las concentraciones más altas de basura plástica comparadas a otros sectores de los océanos.
Están formados por pequeños fragmentos de plástico, que parecen colgar suspendidos debajo de la superficie, un fenómeno descrito como sopa de plástico.
Y las cualidades resistentes de la mayoría de los plásticos significan que algunos elementos pueden tardar cientos de años en biodegradarse.
Sin embargo, hay iniciativas para limpiar el giro del Pacífico Norte. Una operación liderada por una organización sin fines de lucro, Ocean Cleanup, comenzará en 2018.
Para las aves marinas y otras criaturas del mar más grandes, como tortugas, delfines y focas, el peligro surge por enredarse en bolsas de plástico y otros desechos, o confundir el plástico con la comida.
Las tortugas no pueden distinguir entre bolsas de plástico y medusas, que pueden ser parte de su dieta.
Las bolsas de plástico, una vez que se consumen, causan bloqueos internos y generalmente provocan la muerte.
Pedazos de plástico más grandes también pueden dañar los sistemas digestivos de las aves marinas y las ballenas, y pueden ser potencialmente fatales.
Con el tiempo, los desechos plásticos se degradan lentamente y se descomponen en pequeños micro fragmentos que también están causando preocupación entre los científicos.
Una encuesta reciente de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, descubrió que se encontró plástico en un tercio de los peces capturados en ese país, incluidos el bacalao, el eglefino, la caballa y el marisco.
Esto puede ocasionar desnutrición o inanición para los peces y llevar también a los humanos a la ingestión de plástico.
El efecto en los humanos por comer pescado que contenga plástico aún se desconoce.
Pero en 2016, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria advirtió sobre un mayor riesgo para la salud y la seguridad alimentaria «dado el potencial de contaminación por micro plásticos en tejidos comestibles de peces comerciales».